La cuaresma consiste en no comer chocolates y la mejor mortificación es una sonrisa

Como se desprende de lo que les he contado, no estoy en absoluto de acuerdo con las penitencias y mortificaciones públicas (ver Olvidé que no se fuma durante la cuaresma, Facebook, la cuaresma y la big sister y¿Y si haces otra penitencia durante la cuaresma?) y me parece que el texto del evangelio del Miércoles de ceniza -una especie de constitución sobre la cuaresma- es bastante claro en ello. Lo copio al final de este post, muchas gracias a Contemplando el Evangelio - Miercoles de Ceniza por el texto.

Pienso que Dios no pide a todos/as lo mismo, ni da a todos/as la misma gracias. Cada persona tiene una vocación individual y única. La oración y la penitencia -para ser auténticas- tienen que ser entre Dios y yo, entre Dios y tú... Evidentemente, habrá algunas comunidades religiosas o grupos que puedan tener alguna penitencia o mortificación en común para todos sus miembros; pero no creo que lo anden pregonando por ahí, ni que pretendan imponerlo a los demás. Autenticidad, en este caso, es individualidad y discresión :)

Esto lo cuento, porque hace algunos años, recuerdo que salió en un diario local, un artículo acerca de cómo vivir la cuaresma, así se titulaba.

Entrevistaban a bastante gente de la calle y la mayoría -aunque no era practicante- decía que viviría la cuaresma sin comer chocolates. Lo que es una costumbre aquí en Alemania, donde parece que el ayuno se reduce a no comer esto o lo otro: y a no comer chocolates, ni dulces de ningún tipo (se imagina con la hipoglicemia que acaban).

Realmente no sé que hacen con los millones de dulces del carnaval que hay en cada casa de esta región... ¿Los tirarán a la basura? ¿Se los comerán a escondidas? ¿O los guardarán para cuando termine la cuaresma? En este último caso... ya van a estar en mal estado :(

En aquel entonces, escribí una carta al diario, haciendo ver que la cuaresma es un tiempo de oración y penitencia y no de no comer chocolates. Que su sentido es mucho más profundo que meras prácticas sociales externas, como no hacer tal cosa u otra.

Propuse algo positivo y no un simple no hacer: que se hiciera más oración (por aquí, la oración mental no se conoce) y, por supuesto, lo que siempre se dice: obras de misericordia (sobre esto, escribiré después más in extenso).

Intenté dar a conocer algo que yo pienso de lo que se "hacer mucha propaganda" hoy en Alemania (aunque vamos mejorando): que la mejor mortificación es una sonrisa ¿Se entiende, no?

Recuerdo que le mostré la carta, antes de mandarla, a una sra. típica católica alemana que también piensa/pensaba que la cuaresma consiste en no comer chocolates (e intentaba imponérselo a todos los niños y adultos que conocía, sus hijas ya habían abandonado la fe...) y me agradeció mucho que le hubiera abierto los ojos -me dijo-.

Es que hay que hablar y no, por no sé qué temores, quedarse callada, pero hablar de lo que es bueno y objetivo y en lo demás, absoluta libertad.

Texto del Evangelio del Miércoles de Ceniza: (Mt 6,1-6.16-18): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

»Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».