domingo, 14 de abril de 2013

Obedecer a Dios antes que a los hombres y la fiesta de Cristo Rey durante el nacional socialismo


Ayer en la noche, en la misa de la tarde (o atardecer) anterior (como la llamamos en Alemania: Vorabendmesse), el párroco predicó acerca de una de las lecturas de la misa, haciendo alusión a un tema, en principio, típicamente alemán.

La lectura era los párrafos de los Hechos de los Apóstoles, en que Juan y Pedro senalan que hay que obedecer a Dios, antes que a los hombres.

Nos contó que, durante la época del nacional socialismo, siendo él muy chico, su mamá le explicó que "hay que obedecer a Dios y no a los hombres", cuando los nacional socialistas prohibieron (en las regiones en que se celebraba, esto es, en zona predominantemente católicas de Alemania) la celebración pública de la fiesta de Cristo Rey. Con ello, no había feriado ese día y los ninos tenían que ir al colegio.

Su mamá -nos contó el hoy octogenario sacerdote- lo llevó a la misa de Cristo Rey y con ello, él dejó de asistir al colegio. Nos explicó que sólo faltó una hora a clases. Pero eso era suficiente para que el régimen nacional socialista impusiera a su mamá una multa, que ella pagó sin quejarse.

En suma, la ley nacional socialista era injusta y abiertamente anticristiana. Obvio, estamos frente a un régimen que conculcó abiertamente -y casi con fruición- los derechos fundamentales y que desconoció absolutamente el estado de derecho. Por tanto, no había que obedecer esta ley. En efecto, si la Iglesia dice que un día se celebra una fiesta importante a la que los fieles deben asistir, por mucho que los nacional socialistas la prohiban, esta prohibición no vale, no rige, podemos oponernos a ella.

El "antes que a los hombres" se explica porque generalmente, la ley estatal no contradice lo que Dios nos pide... al menos no en países relativamente civilizados y donde se respeta los derechos fundamentales, entre ellos, la libertad de culto y el derecho de libertad religiosa.

Hago notar que la mamá pagó la multa sin más, lo que a mí me recuerda la otra frase evangélica: "dad al César lo que es del César..."

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