sábado, 13 de abril de 2013

Los camaradas...


Hace algún tiempo les conté que, al fitness studio donde entreno, habían llegado extremistas de derecha y que yo había reclamado, hasta el momento en que escribí el post que linkeo, sólo por escrito, ver: los camaradas en el fitness studio

Pues bien, una semana después, los vi de nuevo, igualmente con sus T-shirts y en grupo... Hablé con mi personal trainer. Me dijo que él ya había hablado con ellos, les había advertido que no podían venir con T-shirts de su "grupo de camaradería" (o de bykers, que actualmente es lo mismo...), ni tampoco "en manada".

Mi entrenador es extranjero y viene de un país musulmán... así que para ellos, es justamente, la gente que menos les gusta. Me contó que es gente que no tiene trabajo (esto no lo dijo en sentido positivo, sino como diciendo: no tienen nada más que hacer...).

Si no tienen trabajo, me pregunto cómo pagan el fitness studio más caro de la ciudad... Mi respuesta es muy sencilla: se los pagan. Les pagan para que vayan a entrenar, "saquen músculos" y se preparen para lo que les pidan que hagan que nunca será nada muy bueno.

Pues bien, esta semana, vi a dos de ellos; sin T-shirts y sólo de a dos, esto es, no en manada, como venían antes. Eso ya es un paso adelante. Nadie habla con ellos y ellos no hablan con nadie. De manera que no les servirá el fitness studio como lugar para reclutar adeptos.

Son hombres jóvenes, no se ven cómo una se podría imaginar que se deberían ver los neonazis: rubios y de ojos azules, sino que muy morenos y, de todas maneras medio extranjeros. Es mi teoría desde siempre: este tipo de gente trata de compensar con fanatismo lo que les falta de alemanes...

Como Beate Zschäpe, la única sobreviviente de la célula o del núcleo de la clélula del llamado NSU (movimiento nacional socialista en la clandestinidad) hija ilegítima de un rumano... y de rasgos más bien sudländisch.

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