domingo, 8 de abril de 2012

De besos y de genuflexiones

Hay un punto -o varios- en que prefiero la piedad alemana a la latina. Uno de ellos es la costumbre de besarlo todo que tienen los latinos.

En la liturgia de Viernes Santo, se nos presenta la cruz de Cristo a la asamblea, esto es, a los fligreses. Cada uno de ellos (de nosotros) pasa frente a la cruz y en Alemania, tú simplemente haces una genuflexión y sigues tu camino. Para eso, hay una cola similar a la cola de la comunión.

Sin embargo, en países latinos, los feligreses besan la rodilla o el pie de Jesús, de su imagen. Va pasando uno tras otro, besando y algún monaguillo pasa por sobre la rodilla o el lugar del beso un pañuelo... Lo que, evidentemente, no es suficiente para desinfectar el lugar del beso. Ni siquiera si usara una toallita desinfectante, daría las suficientes garantías de sanidad.

Me parece que se rinde tanto honor a Jesús si -como en países del Norte- simplemente nos arrodillamos y -con la mente- le decimos algo amoroso, para consolarlo por la Pasión, como si besamos la figura... Y además, si no besamos todos la figuara... es más higiénico;)

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