En un cruce de calles, la semana pasada, ponen la luz roja y los autos se detienen... también yo, obvio. Un anciano en bicicleta por la derecha, no hay ciclovía y, no el anciano no podría adelantar por la derecha; pero lo hace.
El anciano en bicicleta avanza lentamente y me queda claro que no tiene la menor intención de respetar la luz roja.
Entretanto, otro anciano se prepara, también lentamente, para atravesar la calle. Como ya está verde el semáforo, pone un pie abajo y después el otro y comienza a avanzar lentamente, apoyado en su bastón.
Veo con temor -y algo de fruición- que la coalición será inevitable... y en cámara lenta (!).
El anciano en bicicleta no se detiene ante la luz roja. Ocurre lo que tenía que pasar: la bicicleta pasa con luz roja y hay una casi colisión. Afortunadamente, se esquivaron no sin dificultad... La bicicleta pasó olímpicamente con luz roja y siguió su camino; no se le ocurre disculparse con el casi-atropellado.
No sé qué pensar... o Hay gente que realmente cree que es Luis XIV y está sobre la ley... Y te echan no sólo la bicicleta, sino también la edad encima.
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