jueves, 3 de febrero de 2011

El doping de los aficionados...

Hace algún tiempo, llegó una ambulancia con tatú tatá a la casa de los vecinos. Se llevaron a uno de los hijos (no sé qué edad tendrá, diría que entre 17 y 25). Al día siguiente, pregunté a la mamá qué había pasado (poniendo hincapié en que NO es curiosidad, sino real interés por las demás personas).

Me contestó riéndose -como queriendo NO darle importancia- que se habían llevado a su hijo que se sentía mal. Yo: cara de pregunta. Ella: sí, es que va al gimnasio y toma estos remedios (remedios? diría yo) para tener músculos. PLOP!

Me acordé de esta "anécdota" al escribir este post: No más Tour de France

2 comentarios:

cleira dijo...

Muy osada fuiste al preguntar por el suceso, yo no me hubiera atrevido. Aquí piensan siempre mal y creen que es cuiriosidad malsana. Ya preguntar a tus vecinos en la escalera -qué tal?
es mucho para ellos.Yo ya he desistido.

Marta Salazar dijo...

querida amiga, pienso que no podemos pasar por personas frías, a quienes no le interesan los demás, sólo por temor a que alguien piense maliciosamente que es pura curiosidad la que nos mueve ;)

sí alguien lo piensa... malo para esa persona...

un abrazo!