domingo, 15 de agosto de 2010

Más que unfair


Ella: "Cuando niña, tomaba leche de vaca en la casa de mi abuelita, donde pasaba las vacaciones".

Yo: "¿Existe aún la casa/granja de tu abuelita en Hamburgo?"

Ella: "No sé, la vendió cuando se fue a vivir con mi abuelo".

Yo: ?

Ella: "Mi abuelo la dejó por otra más joven. Cuando murió la más joven y a él le dió cáncer, se acordó que, en realidad estaba casado".

Yo (antes de hablar, exploré su expresión facial, para ver lo que pensaba de la situación): "Eso no es precisamente fair".

Ella: "No lo es. Ella tuvo que dejar su querida granja e irse a vivir con él a su departamento, para atenderlo y cuidarlo... tuvo que abandonar también a su perro, ya que en el edificio del abuelo, no se admitía animales domésticos".


1 comentario:

esteban lob dijo...

¡¡¡¡¡¡¡

Tremendo, Marta.