lunes, 15 de junio de 2009

La ecuatoriana sin brazo


Imagínate que llegas a vivir a Alemania y te instalas (porque ganas bien o tu marido gana bien) en una de esas casas chic de inicios de siglo; pero cuyo balcón trasero está en relativo mal estado. No te importa, porque total, no es tu casa y el balcón no se ve desde la calle; para fumarse un cigarro en el balcón, no necesitas demasiada elegancia.

Contratas a una ecuatoriana, ilegal claro, son más baratas, para que venga a trabajar a tu casa una vez por semana. Estando ella trabajando, escuchas un estruendo detrás de tu casa, sales a ver, al jardín y ves algo terrible: se cayó el balcón (pasó en la casa de la conocida de una amiga) y con él, la ecuatoriana.

Con tal mala suerte que se le cayó un fierro de la baranda (muy decorativa, pero peligrosa, por lo fina) justo encima del brazo y... se lo cortó. La ecuatoriana ilegal se quedó sin brazo, producto de un accidente en tu casa, trabajando para ti. Tú eres alta, rubia y esbelta y nadie te creería si le dices que es tu hermana o tu prima que estaba de visita en tu casa.

En eso, escuchas que los vecinos empiezan a asomar sus cabezas desde las casas del lado (los pocos que hay a esa hora en casa, porque es la mañana de un día laboral). Te da una especie de shock, ayudas a la ecuatoriana a levantarse. La tomas del brazo que aún está pegado al cuerpo, la haces sentarse en una silla en el jardín (ya que sangra tanto que te arruinaría el piso.

Le sirves agua, le preguntas cómo está, la llevas a tu auto (gracias a Dios, está estacionado en el jardín, así que no tienes que salir a la calle), no sin antes ponerle un plástico en el hombro para que note ensucie el tapiz.

Entras a la casa, limpias la sangre de la silla del jardín, con una pala, cubres con tierra y hojas los rastros de sangre. Y no te olvidas -muy importante- de tirar el brazo (te da un asco atroz, pero tienes que hacerlo) a la basura, después sacas toda la basura de la cocina y del lavadero y la tiras en el contenedor sobre el brazo, para que nadie lo vea.

En eso, te acuerdas de la ecuatoriana. Ya estás más calmada/o. Te atormenta el pensamiento de que te expulsen de Alemania por tener a alguien ilegal trabajando en tu casa y pagarle menos de 10 euros la hora.

Sales de la casa, ella sigue en el auto (a la entrada a la casa, donde nadie la ve, por la vegetación plantada a uno y otro lado de la entrada), casi desmayada... te diriges rápidamente al hospital más cercano. Durante el trayecto la instruyes: "fue un accidente de tiempo libre, estabas haciendo deporte y no me vayas a mencionar a mí, menos que estabas limpiando el balcón". Cuando estás a unos 200 mts. de distancia, le dices que se baje...

Le repito una y otra vez lo que tiene que decir y le recuerdo que no nos conocemos. Detengo el vehículo, le digo que se baje; ella casi no se puede mover, pero logra hacerlo... yo me voy raudamente a mi casa. Espero que no me haya visto nadie... Veo, por el espejo retrovisor que gente se acerca a la ecuatoriana, para ayudarla, sólo espero que haya entendido bien lo que le dije: que no nos conocemos y tuvo un accidente... no sé haciendo deporte, se cayó de un árbol o lo que quiera decir, pero que no me mencione a mí.

Si creyera en Dios, le pediría que indujera a la ecuatoriana a decir lo que yo le dije que dijera...

Me voy a casa y sigo limpiando los restos de sangre en el jardín y alguna mancha que quedó en mi auto. Aparte de eso, saco la basura de los contenedores de los vecinos y la tiro en mi contenedor, encima del brazo de la ecuatoriana...


2 comentarios:

AleMamá dijo...

¡Qué horror! ¿pasó? es casi increíble....

Marta Salazar dijo...

en Espana... la víctima fue un boliviano, en el siguiente post, el segundo link te lleva a su foto :(

Un abrazo!