martes, 11 de noviembre de 2008

Scheißen y shießen al final de la II Guerra


Esta mañana estuve tomando desayuno con una sra. que, en 1945, cuando los norteamericanos ocuparon Rhenania, tenía 15 a 16 años. Nos contó algunas anécdotas de aquella época.

La primera -quiero compartirlas con Uds.- es la siguiente:

Cuando los amis llegaron a su casa -dos blancos y un negro- y entraron en ella, el negro -desde entonces, mi amiga alemana casi octogenaria tiene predilección por los afroamericanos y está fascinada con Obama- les dijo a ella y a sus hermanitos, en alemán, con acento y sin saber alemán bien, pero con una buena intención y una volutad de oro:

"Mejor que no salgan de la casa, quédense adentro, porque aquí scheißen nosotros y en Remagen scheißen los alemanes".

El amable soldado, se equivocó y en vez de decir shießen = disparar, dijo scheißen, provocando la risa de ella y sus hermanitos :)


6 comentarios:

Mauricio Duque Arrubla dijo...

Tal vez era más peligroso lo otro y era preferible exponerse a un disparo que al... alemán :-)

Ludmila Hribar dijo...

Jajaja Marta, muy buena la anecdota! les habra preguntado el soldado porque se reìan?

Marta Salazar dijo...

ja ja, yo creo que los ninos deben haber estado medio asustados... como cuenta ella, era la primera vez que veía a un negro... y la primera vez que veía soldados enemigos... contó también que una sra. mayor pensaba que eran soldados alemanes que se estaban escondiendo, después cuento más, besos!

PS: yo creo que tiene que ver con la imposibilidad de los gringos de pronunciar la I como I y no como AI :)

Saludos a los 2!

AleMamá dijo...

jejejeje, sí, a mi me ha pasado algo así, pero en inglés: le dije a un gringo que su señora estaba aburrida, pero él entendió que "era aburrida"...¡uf!, por suerte tenía quién arreglara el despiste.

Me gustan estas historias pequeñas que le dan vida y ponen en contexto la historia grande que jamás conoceremos por estar llenos de prejuicios.

Saludos, Marta

Gabriela dijo...

Qué gracioso... en medio de todo el asunto del fin de la guerra parece una broma de humor negro.
Saludos a Marta y sus lectores.

Marta Salazar dijo...

gracias Gabriela!