... estos musulmanes ...

Ayer en la mañana vino una amiga a mi casa y me preguntó: "tú no te sientes mal entre los musulmanes, ¿no?"

Pero no como pregunta, sino como afirmación, porque ella sabe que no tengo ningún problema con nadie.

"No", le contesté.

"Yo sí", me confidenció.

"¿No te afecta salir de la casa y verte rodeada de musulmanes?"

Le respondí: "son gente estupenda".

Para mis adentro, pensé: ¡si supieras qué vecinos alemanes tengo! Los mejores del mundo! ¡Ya llevan varias demandas y amenazas de demandas ante los tribunales entre ellos! Mejor no le dije nada... Es que realmente, salvo una familia de musulmanes (muy amables) en esta calle viven sólo alemanes y una familia kurda, pero ¡cristiana!.

Ella nuevamente: "es que tú los conoces por el colegio..."

Claro, pensé yo, es que hay que conocerlos, hay que conocer a la gente. Y me acordé de la xenofobia de la Alemania del Este, donde viven entre un 1 y un 2% de extranjeros y miren lo que pasa (ver extrema derecha).

Continúa: "... a mí, de solo verlos, me ponen agresiva".

Oh, pensé yo, esto es ya más grave. Sí, teniendo presente la gravedad de lo que me acababa de confidenciar,

... le contesté: "te tengo que llevar donde mi amiga persa".

Ella: "sí, llévame, vamos a verla la próxima semana!"

Yo: "¡claro, vamos!"

Ella: "entonces, ¿no piensas que tengo que vender mi casa?" (muchos se quejan de la cantidad de extranjeros que hay en Godesberg).

Yo: "no, no hace falta que vendas tu casa".

Surrealista la historia, ¿verdad?