La misma amiga que me contó la historia anterior, ver Persecusión en Weimar, me contó (sí, es que cuenta muchas historias suyas y de su familia, también cuenta chistes) una historia de su abuela en la Viena anterior a la Anexión (que gran parte de la población aceptó gustosa).
Ya había empezado la persecusión en contra de los judíos, ver Elisabeth Mrkvicka - mitad judía cuenta de su vida bajo el nacional socialismo en Austria.
Su abuela, casada con un aristócrata (me refiero a una persona de la alta nobleza, horror, que nadie sepa que hablo de estas cosas, para mí son todas las personas iguales, lo que cuento sólo para que se hagan una idea de lo que significaba, para una persona conocida en la sociedad, andar por ahí en las circunstancias que narro en las siguientes líneas) había salido a comprar por las calles de Viena...
Y como son las mujeres checas, llevadas de sus ideas, entró a una tienda de unos judíos (creo que era Bauer o Braun, no me acuerdo del nombre, que no era de esos especialmente judíos, porque en Austria había mucha mezcla) a comprar algo para coser.
Se había dado cuenta que un grupo de jóvenes nacional socialistas estaban en la puerta del negocio, haciendo propaganda en su contra por ser un negocio de judíos.
La abuela de mi amiga compró algo en la tienda, algo -según el relato- que no necesitaba, pero le daba lo mismo, lo que quería era sentar un precedente.
Al salir, los "jóvenes idealistas" de entonces, le pegaron un papel en el abrigo, que decía "Kauft beim Juden" = compra donde los judíos.
Ella no se quiso quitar el papel.
Y se fue a pasear por las calles de Viena luciendo el papel que la acusaba de comprar donde los judíos...
No se lo quitó hasta llegar a su casa, donde a su marido casi le da un patatús por el riesgo que había corrido.
Y eso que él era piloto de avión, en una época en que volar era muy arriesgado...
Hoy también necesitamos mujeres valientes.
4 comentarios:
Desde luego no hay que acostumbrarse a mantenerse al margen cuando pisotean los derechos de los demás. Por poco que parezca lo que podemos hacer, creo que hay que hacerlo.
opino lo mismo, más aún, estoy convencida de ello!
regresaste ya de las vacaciones?
un abrazo!
Los Heroes anónimos. Cuanto le debemos a ellos. Shalom
tienen raon, amigos del colectivo, y hoy, como ayer, los necesitamos también, hay que seguir una sola línea y no ir por la vida zigzagueando, eso es de cobardes!
paso por su blog a conocerlo!
un abrazo!
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