martes, 10 de febrero de 2015

Bypass doble


Sucedió hace algunos anos. Un grupo de amigas nos íbamos a juntar a tomar desayuno. (Los desayunos de amigas son de lo más común en Alemania). Antes del mismo, nos juntamos tres amigas en la misa del pueblo donde estaba el lugar donde se realizaría el desayuno.

Éramos una argentina, una mexicana y yo. Tres extranjeras.

En medio de la misa, justo antes de la comunión, escuché un ruido detrás mío, a mi derecha. Mientras iba a comulgar, me di cuenta que una senora mayor se había caído. Fui a comulgar (cosa de medio minuto, en la iglesia habríamos sólo diez o quince personas como mucho, así que la comunión no era muy larga).

Me acerqué a la sra, y vi que sangraba de la boca; pero que estaba consciente. Mis otras dos amigas que volvían de la comunión se acercaron a ella. El resto de la gente no se acercó. Yo dejé a la sra. con mis amigas y salí corriendo a llamar por teléfono, al 112 (número de emergencia). Yo tenía celular y mis amigas extranjeras también; pero dudo que los feligreses hayan tenido un handy.

Volví a entrar a la iglesia. Una de mis amigas se había sacado su chaqueta y la había puesto debajo de la cabeza de la sra. que estaba tirada en el suelo, entre los bancos de la iglesia. Mi otra amiga se había sacado su chaqueta y había tapado a la sra. con ella.

El cura seguía celebrando la misa, como si nada. Yo estoy de acuerdo en que una misa es realmente algo muy importante... Pero quedé un poco choqueada de su falta de empatía. La celebraba con parsimonia, casi lentitud.

(Este fin de semana, alguien -no sé quién- me comentó que le había llamado la atención que ese párroco careciera de empatía. Le dije que seguro que no era así... que un cura no podía no tener empatía; pero, mienstras escribo estas líneas, me pregunto si tal vez, verdaderamente carecía de empatía...).

Yo andaba, de un lado a otro, esperando la ambulancia, entre la iglesia y el patio frente a la iglesia, donde tenía que venir la ambulancia. Yo había tenido alguna experiencia en el sentido que la ambulancia no encontraba inmediatamente la puerta de entrada (me pasó en el burgo, donde vivía y le tuve que decir yo misma cómo entrar). Por eso, mi preocupación.

Además, había quedado de estar esperando a la ambulancia frente a la iglesia, para que no fuera a pasar de largo, pensaba.

El hombre que ayudaba en la misa (ese sí que tenía cero empatía), salió para cerrar una puerta... Le dije que no la cerrara, porque tenían que entrar los paramédicos y la camilla... Me dijo -con voz monótona- que entrarían por la puerta de atrás (más lejos)... Me di cuenta que lo decía porque la puerta trasera no tenía escalones y la delantera, sí. La que él quería cerrar.

En eso, entré nuevamente... La misa ya había terminado, el cura se había "desrevestido" y había ido donde estaba la sra. Pero sin acercarse a ella. A unos cuatro metros.

De algo tan tercermundista como la unción de los enfermos, de eso, ni hablar... El cura estaba a unos metros de la sra.,  mis dos amigas, a su lado, cuidándola. Y una sra, de unos 60 muy bien tenidos, también estaba con ella, al parecer, la conocía.

La sra. estaba consciente y mis amigas y la sra. de 60 trataban de hablar con ella. Ella no quería que la viniera a buscar una ambulancia. Ya desde un comienzo, me había dicho que no llamara al 112. Evidentemente, si tienes a auna sra. que no puede levantarse del suelo y le sale sangre por la boca, llamas a la ambulancia.

La sra. decía que llamáramos a su hija. Yo pensé: si llamamos a su hija (yo no sabía quién era su hija), su hija llamaría a la ambulancia.... Además, cómo se la iba a llevar su hija en el auto...! Si yo hubiera sido su hija, hubiese querido que llamaran a la ambulancia cuanto antes. Una vida humana estaba en juego.

El cura seguía a un par de metros de la sra., conversando animadamente con una amiga... Mi amiga se me cayó por completo... Ahora es sólo mi vecina. Mi vecina conversaba animada y alegremente con el cura... El cura sonreía a mi amiga, perdón, a mi vecina... Y entre ambos, tenían algo como una especie de flirteo... Macabro.

El resto de la gente... o se había ido o estaba en otra... Sólo nosotras, tres extranjeras (las únicas jóvenes de la misa) y la sra. que conocía a la sra. enferma, nos preocupábamos de ella... El cura, con mi vecina, sonreían y hablaban de temas de insiders de la iglesia...

Finalmente, llegó la ambulancia y se llevaron a la sra. Ella pidió que la sra, de 60, la acompanara en la ambulancia. Ella no quería, pero dijo que igual iría. Medio de malas pulgas, eso sí. Pero fue.

Se la llevaron. A los días siguientes, supimos que la habían operado de urgencia: doble bypass Mis amigas y yo le salvamos la vida...


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