Ayer estuve en la primera vernissage de una nueva galería. Uno de los que habló fue el Pdte. de la Cámara de Industria y comercio de la región. La galería está 100% en manos privadas. A raíz de esto, el Pdte. -en presencia de la alcaldesa de la sub-comuna- dijo algo muy cierto:
"Cuando acudimos a las autoridades con un proyecto (en este caso, de compra de un edificio que vendía el municipio), cuando pedimos autorización para realizar el proyecto privado que tenemos en mente. No deberíamos contar con un comité de cinco personas, de cinco funcionarios públicos que nos hagan ver todas las razones por las cuales el proyecto es inviable, nos muestren todos los inconvenientes -reales o no- y nos pongan todos los obstáculos imaginables para llevarlo a cabo.
"Lo ideal -normal, diría yo- sería que nos mostraran los inconvenientes y nos hicieran ver los posibles obstáculos, pero nos ayudaran a superarlos, para llevar a cabo una empresa que va en beneficio de toda la ciudad", de toda la sociedad, agregaría yo.
Sí, cuando hayamos alcanzado esa postura, cuando hayamos logrado esa forma de ver las cosas y de enfrentar el futuro con responsabilidad, entonces habremos ganado bastante... Y no sólo para el ranking doing business, sino también, como sociedad.
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