Una amiga dice que ella no quiere/puede/le está permitido tener un horno microondas porque su marido no quiere.
De partida, tengo que decir que, aunque su marido es muy buena persona, ellos llevan un matrimonio tradicional, en que ella sola se encarga del trabajo de la casa y él nunca cocina (en caso de necesidad, puede preparar arroz).
Supongo que todos Uds. estarán de acuerdo en que el microondas facilita el trabajo de la cocina; pero si él nunca trabaja en la cocina, no lo puede saber.
Y continúa: "...mi marido dice que un microondas separa a la familia".
Yo: "Cómo...?"
Ella: "Sí, porque entonces, cada uno llega a la casa, saca algo del refrigerador y lo calienta en el microondas y nunca comen todos juntos. Eso que pasa en la sociedad actual..."
Yo: "...eso también puede pasar sin microondas..."
1 comentario:
Yo tampoco tengo microondas pero por un motivo totalmente distinto...encontramos que las comidas pierden su rico sabor.
En mi caso soy activo participante de la cocina (cocinero oficial para los fines de semana y magnos eventos)...por ejemplo, desde hace 18 años la cena de navidad y la de año nuevo son de mi autoría.
Pasando al tema de fondo sea tradicional o no la familia, todas las responsabilidades deben de compartirse. Si por opción consensuada se decide que uno hace A y otro B, también está bien. pero no puede ser una imposición.
En cuanto a cenar todos juntos o no, es algo que se debe inculcar en el núcleo familiar desde sus albores de lo contrario con micro-ondas o sin micro-ondas se va a terminar cenando por separado. Son valores que se deben de cultivar.
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