Hace algunos anos, leí varios artículos (publicados hace más de una década) de una cierta revista alemana, órgano informativo de y para los miembros de una asociación (yo diría que, preponderantemente, conservadora y protestante).
Uno de los artículos era de Elisabeth Motschmann que, en esa época era más conocida que hoy (salía bastante en televisión). La Sra. Motschmann es periodista, política (CDU) y está casada con el conocido párroco evangélico Jens Motschmann
Ya entonces, era una de las grandes luchadoras pro vida en Alemania, dirigente de la Fundación Stiftung Ja zum Leben = sí a la Vida.
Ella cuenta en una de las revistas que recibió en su casa a una joven que se había quedado embarazada y que no tenía donde vivir. Sí, ocurre mucho: algunas son rechazadas por la sociedad y por la propia familia. Y el padre de la criatura se despreocupa totalmente.
Puede ser que hoy las cosas hayan cambiado un poco; pero hace más de una década -y más encima en el conservador Norte de Alemania- era así.
La joven permaneció con ella, su marido y familia hasta que llegó el momento de dar a luz. Y más tarde se fue independizando poco a poco. Para los ninos, debe ser una oportunidad única recibir en su propia casa -y compartir su vida con ella- a una joven embarazada a la que ni siquiera conocen; pero a la que pueden ayudar.
Recuerdo que la autora nos contaba de largas conversaciones con la embarazada, sí, no se trata sólo de darles un techo, sino de darles carino y orientación.
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