domingo, 18 de abril de 2010

Hace años, conocí a un párroco que abusó de niños


En un día como hoy, de primavera, hace ya varios años, estando yo en un pueblo del Norte de Alemania, en una región típicamente protestante, me levanté temprano y fue a misa... a la única misa que había esa mañana (había otra, en otro lugar, pero era aún más complicado ir después, porque haríamos un paseo y no podía perjudicar a los demás).

En un sector más o menos bueno, de gente más o menos fina -muchos papás tenían anillos de esos de la familia-. En estos ambientes, la gente piensa que "entre nosotros nunca puede ocurrir nada malo".

Llegué a la iglesia y me encontré con la sorpresa de que ese día, celebraban la primera comunión. Horror! Porque esto significaba una ceremonia muuuy larga, quedarme sin desayuno (es lo de menos) y eventualmente retrasar a los demás.

Pero no podía hacer nada, ya estaba ahí, esa misa era mi BATNA => mi mejor alternativa, por no decir la única.

La ceremonia empezó y varios niños vestidos con trajes blancos, imitación novia, las chicas y esos trajes imitación novio, que usan aquí, los chicos. Personalmente no me gustan estos caros trajes, pero... acá se usan.

Los niños se sentaron en una mesa larga que habían puesto reemplazando al altar y cubierta por un mantel blanco. Estaban ahí sentados todos y los papás, mirándolos embelezados, con sus anillos familiares en los dedos anulares y llenos de orgullo, observando a sus retoños.

Para resumir: el cura (decano del lugar, o sea, una persona muy importante), más o menos joven (no se veía mal, pero tenía una expresión facial muy extraña) les dió pescado, pan (no ácimo...) y jugo de uva (claro, eran muy pequeños para tomar vino). Todo en la mesa del banquete.

La prédica fue como para salir arrancando; pero, en aquel entonces (hace unos años) era esa la tónica en Alemania (y en elgunos lugares, lamentablemente sigue siéndolo).

La semana pasada, supe que ese párroco había sido condenado (dije condenado) por la justicia penal alemana por abuso de niños... (supe que, el manos un niño varón de entre 12 y 13 años). El hecho tiene que haber ocurrido exactamente en ese entonces, cuando yo asistí a esa primera comunión tan especial...

La diócesis, lo cambió de parroquia, sin decir nada a los feligreses. Y este hecho -el no haber hablado abiertamente del asunto- es ahora piedra de escándalo. Sale todo comentado in extenso en el diario local. Y con razón... Como decía el provincial de los jesuitas (ver Abusos sexuales: el Provincial de los jesuitas llamó a no defenderse): "la verdad siempre tiene que salir a la luz. La verdad nos beneficia y nunca podemos pensar que nos perjudica".


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