miércoles, 31 de marzo de 2010

Principios dinámicos de los defensores de la vida


Después de ¿Estamos a favor de la vida o no? me gustaría volver a citar este artículo de Jutta y de Enrique Sueiro, Ser y parecer defensores de la vida (me recuerda el más vale ser que parecer, de Moltke).


Hoy nos tocan los principios dinámicos, que serían:

Un defensor de la vida en el siglo XXI, probablemente, encarna ciertas actitudes integradas con armonía. Entre otros muchos ejemplos, apoya la ampliación de derechos, sobre todo, de los más débiles. Se opone a todo lo que atenta contra la vida, como la guerra, la pena de muerte, la eutanasia, la violencia contra las mujeres, el terrorismo, el aborto y el hambre. Argumenta que el consenso social de prácticas aberrantes, como la esclavitud durante siglos, no atenúa su perversión. Defiende que cada uno es dueño de su cuerpo, pero no del que tiene al lado ni dentro. Propugna el respeto hacia los animales y condena las barbaridades cometidas contra ellos. Se implica en la defensa del medio ambiente. Aplaude a su Gobierno cuando consigue reducir las muertes por accidentes de tráfico. Recuerda a los fanáticos que no se puede obligar a nadie a hacer el bien, que "no hay pecador sin futuro ni santo sin pasado", que difícilmente cree en Dios quien desprecia la libertad. Escucha más que habla y comprende más que condena. Prefiere el "sí" al "no", el "y" al "pero", el "también" al "tampoco", el "premio" al "castigo", el "más" al "menos". El defensor ideal reconoce que también yerra y, precisamente por eso, si se equivoca, procura que sus errores sean nuevos.


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