jueves, 11 de febrero de 2010

El guante perdido


El año pasado, compré en la feria de Navidad de Godesberg, un par de guantes de cuero, para el frío. Contra el frío ;) 35 euros el par.

Este año, al comienzo del invierno (en sentido meteorológico) comencé a usarlos nuevamente y... como soy "volada", se me perdió uno...

A regañadientes, fui a comprarme otro par, no muy contenta de tener que pagar nuevamente 35 euros. Sin embargo, este año, los mismos guantes, exactamente los mismos, constaban 10 euros! Bien!

Al cabo de un par de semanas, se me perdió el otro y el mercado de Navidad ya había terminado, o sea, no había posibilidad de comprar otro par por 10 euros.

Pensé que, si tenía suerte, el guante que guardé del año pasado sería la pareja del que me quedó de este año. Pero no, como ocurre según la ley de Murphy, era el mismo: el izquierdo. Tenía dos guantes para la mano izquierda. Mala suerte!

Hoy en la mañana, antes de irme a la oficina y tomar mis guantes del lugar donde los dejo, me di cuenta que había tres... tres guantes, lo que, en realidad no puede ser, ya que, si de un total de cuatro guantes, se te pierden dos, te debería quedar sólo dos.

Los tomé, y... nuevamente tengo un par de guantes. Curioso, no? En esta casa se pierde todo. Una amiga dice que son los fantasmas, ja ja. Esta vez, algún fantasma compedecióse de mí y me devolvió un guante.


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