Atrás de los stands habían dejado un corredor para los caballos.
El químico lleva a un niño y el papá de este último, lo acompaña.
Este chico (amigo de Antonius) es sensacional con los animales, vive en Junkersdorf y sabe tratar a caballos y a perros, impresionante, casi tan bien como yo (es verdad, no se rían). El chico (creo que se llama Josef) no conocía a este perro, pero inmediatamente, el perro se fue con él. Tanto es así que la dueña del perro (que tampoco conocía a Josef) se lo dejó, mientras ella se probaba ropa.
Lo otro que podían hacer los niños era dejarse pintar...
como en estas dos fotos.
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