miércoles, 15 de agosto de 2007

Luxemburgo


Durante las vacaciones estuve en Luxemburgo. Me llamaron la atención (y hago la lista de acuerdo al grado de llamarme la atención que tuvo) las siguientes características:

1) hay una gran diferencia entre la capital (Lëtzebuerg, en dialecto), que es la "gran ciudad" y "la provincia"; sí, visité Echternach, capital del cantón homónimo.

¿En qué sentido? Bueno, la mujer es distinta y mucho. En la capital, se nota que hay un elemento latino (de habla francesa) más marcado que en Echternach (y tomo a Echternach como representativo de lo que no es capital en Luxemburgo).

Las mujeres -la mayoría de ellas- en Lëtzebuerg o la Ciudad de Luxemburgo son delgadas, andan muy bien vestidas, usan perfume (muy raro entre las alemanas), son sumamente amables y bien educadas, no reaccionan mal ante las contrariedades (lo que lamentablemente está muy expandido entre las mujeres alemanas), se ven inteligentes, son divertidas y sonríen.

En Echternach, más alemán (por el idioma se sabe inmediatamente), ¡qué horror la gordura! ¡Es que nunca había visto mujeres tan gordas en mi vida!

Claro, es que en cada esquina... no, nada de cada esquina, ¡cada casa es un restaurant! con unos platos inmensos y ¡que se veían muy ricos! Se ve un pueblo pacífico, al menos, cuando come.

Los hombres no lo hacen mal, pero, probablemente, por trabajar físicamente, son algo más delgados, pero igual, bastante gordos.

En realidad, las vacaciones pasadas fueron las vacaciones de la gordura, en Koblenz vi el policía más gordo que he visto en mi vida.

2) La limpieza. Terrible, todo limpio, se podría haber comido encima de las calles. Yo boté (reflejo instintivo, lo hice sin pensar) una colilla de cigarrillo al suelo y... oh! hasta hoy tengo cargo de conciencia.

En la tarde, estaban pasando una de esas máquinas para limpiar la calle y me pregunté: ¿limpiarlo? ¿de qué? ¡si está todo absolutamente limpio!

3) No hay Beate Uhse en la ciudad... claro es que esa es "la moda" en Alemania, que en el centro de cada ciudad y en un lugar destacado, abren un Beate Uhse, esta es, para los que no la conozcan (no se pierden de nada) una tienda de "bienes y servicios" eróticos.

Pues bien, Lëtzebuerg estaba lleno de librerías (los libros en francés, alemán e inglés y toda la gente hablaba c/u de estos idionas) pero no había Beate Uhse. Ni vi ninguna tienda erótica...

4) el comercio... la mejor nota a la atención y a la amabilidad de las vendedoras (generalmente mujeres) de todas las edades.

Incluso las de H&M que, en Alemania, no se caracterizan por su gran amabilidad... Bien vestidas, mujeres vestidas atractivas y, a la última moda, pero sin ser ordinarias, así tendría que ser siempre.

5) ¡no vi propaganda de condones! cero, nada, ni en las calles, ni en los baños. Salvo en el baño de la autopista (es que fui al baño de los camioneros). Pero en los baños de la ciudad y de la "provincia", no había vendedores automáticos de preservativos. ¡Nada! Algo impensable en Alemania.

¿No tendrán SIDA en Luxemburgo? Me gustaría ver las estadísticas.

Porque claro, esa es la razón por la cual el gobierno alemán nos llena de publicidad sobre el sida (que no da muy buenos resultados, pues el sida aumenta en Alemania, pese a que cada vez se usan más los condones, ver El aumento del uso de condones y del sida en Alemania) que vemos en cada parada / paradero del bus (es que se supone que la publicidad va dirigida especialmente a los escolares).

6) Lo único que vi fue una publicidad, en un centro comunitario, en contra del turismo sexual...

7)
Otra curiosidad que me llamó poderosamente la atención es que, en L, en los baños de hombres, para hombres, se entiende, hay un mudador para niños, lo que en Alemania existe, sólo en los baños para damas.

Ergo, los varones luexemburguenses mudan a sus hijos tanto como las mujeres...

8) y, evidentemente, lo que más llama la atención son los edificios que se ven al entrar a la ciudad...

Uno de ellos -espectacular- es el de Sal Oppenheim que, después de cerca de 210 años, se va de Alemania, concretamente de Colonia.

Lo que no lograron, ni los nazis, lo alcanza la política errada de los últimos gobiernos, la falta de cultura de diálogo que existe en Alemania, los altos impuestos, la corrosión del secreto bancario (que parece que a nadie le importó), la errática política económica y el descenso de la calidad de vida en Alemania...

Pero bueno, las razones por las que los tradicionales banqueros judíos se trasladan de Colonia a Luxemburgo, será objeto de una artículo en Alemania: Economía, Sociedad y Derecho

Ya está el artículo: Sal. Oppenheim se va a Luxemburgo Los invito a leerlo.

9) A pesar de la gran cantidad de instituciones financieras (que generalmente asociamos a estrés), de instituciones europeas e internacionales con sede en Luxemburgo, aparte de la cantidad de extranjeros (si hasta la sra. del gran duque es extranjera, es cubana) que se ve por las calles, pese a ello, pese a todo ello, o tal vez, debido a ello, Luxemburgo ofrece una impresión tranquila, reposada, no estresante (comentario de uno de mis acompañantes).

Luxemburgo es el segundo país más pequeño de la Unión Europea, sin embargo, es sumamente importante e influyente en Europa (y, con ello, en el mundo), debido a la libertad económica, a la pluralidad cultural, a la multilingualidad de su población, a que es un país abierto, a la sencillez de sus habitantes (la sencillez es una virtud), a que se respeta el secreto bancario y, last but not least, a su buena cocina.


2 comentarios:

Sudaka Universal dijo...

Pues las mujeres más gordas que he visto con mis ojos, hasta el momento las he visto por esta zona que ya conoces. A veces parece que los carros no llevaran como conductor a una persona, si no más bien a un "Airbag"...

Mis visitas a Luxemburgo se han limitado solo a repostar gasolina "barata" de camino a España. Habrá que ir con más detenimiento ;-)

Un saludo.

Marta Salazar dijo...

ja ja ja, es que las de las afueras de Luxemburgo, te mueres, impresionante!!!

te recomiendo ir, pero después de un ayuno de varios días!

y a las afueras, al campo, a Echternach!

entre paréntesis, había bastantes sudakas en Luxemburgo, en un escenario puesto en la calle, frente a un restaurant, vi a una sra. que cantaba canciones tropicales muy bonitas!

Todo el mundo encantado, después de todo, la gran duquesa de Luxemburgo (casada con el gran duque, que es primo de una amiga también casada con un sudaka), es cubana!