domingo, 12 de mayo de 2013

"Cabeza de huevo"


Joven amiga, estudiante de una carrera de esas difíciles, en una universidad alemana, trabaja para ganarse un par de euros exra, en uno de esos típicos jobs para estudiantes que son tan comunes en Alemania (y también en países de habla inglesa).

Hace algunos anos, inmediatamente antes de la "crisis" en la Zona euro, trabaja en un restaurant rápido italiano (en una de esas cadenas que existe en todo el mundo). Atiende a una pareja igualmente joven y binacional. Él se queda mirando a mi amiga totalmente embelesado (mi amiga es muy linda, mitad alemana, mitad sudamericana, rubia, de ojos azules y hermosas facciones).

Su pareja (extranjera) se da cuenta de ello y cae en una especie de ataque de celos y reprende al chico, en espanol con acento de Espana: le dice que mi amiga es muy fea y que deje de mirarla. Él le contesta en espanol, pero con acento alemán que "esta chica es muy bonita".

Ella, en castellano espanol, y un tanto "enfadada", le replica que "la mesera tiene cabeza de huevo", le dice que su cabeza es muy redonda...

Mientras los atiende, mi amiga entiende todo; pero como es buena profesional, no dice nada, mientras trabaja, en cliente es rey. Aparte de ello, se muere de la risa internamente ante el ataque de celos de la espanola que quiere, por todos los medios, convencer a su novio alemán que mi amiga es muy fea...

Pero esto no queda aquí, la inmigrante no sabe que en Alemania los estudiantes trabajan y recurre al barato y deleznable "argumento social". Le explica a su novio que, "en las clases bajas, muchas veces, hay chicas bonitas, que se ven bien; pero..." bla bla bla.

Cuando mi amiga nos contó esto que le había pasado, nos reímos mucho; pero, en realidad creo que lo más propio ante una situación así sería llorar.

Llorar por el clasismo, llorar por el ánimo de posesión y de control, llorar por la envidia y llorar por los celos, asesinos del amor (si es que en una relación así puede haber habido, alguna vez, amor).
 

1 comentario:

releante dijo...

Pues sí, bien pensado, y entrando en profundidad, es para llorar, pero al mal tiempo buena cara. Un abrazo