Estábamos con una amiga que no es demasiado política, pero cuyo marido tiene ideas que yo calificaría como filomarxista (son muy buenos amigos míos y los quiero mucho; para mí no es obstáculo tener ideas contrapuestas para ser amiga de alguien; por el contrario, me encanta; detesto la uniformidad).
Pasé a recoger libros que había encargado el día viernes pasado en una librería X y me dicen que disculpe, que se equivocó la empresa de distribución, equivocaron los paquetes y no han llegado. Pese a que un libro jurídico que necesito lo pedí el viernes pasado y debería haber llegado al día siguiente, el sábado, a la librería.
Mi amiga me comenta: "Esto pasa porque este servicio está privatizado".
Yo: "Bueno, pero esto también podría pasar si el servicio fuera estatal".
A todo esto, la verdad es que no sabemos bien si los mandan por correo (en que el accionista mayoritario es el estado, lo que para mí, hace que la privatización sea una broma...) o por otro servicio... O por una subempresa del correo en manos estatales.
Amigo que iba con nosotras expuso su posición: "Probablemente, si el servicio fuera estatal, sería aún peor, porque nadie se preocuparía de si se pierde algo... No tendrías dónde reclamar. Ocurriría lo mismo; pero les daría igualmente lo mismo...".
Mi amiga: "Sí, tienes razón... es cierto".
Yo me pregunto de donde viene esta confianza absoluta en el estado empresario en Alemania... Cuando yo era chica, escuchaba muchas veces -especialmente a mi tía abuela- decir: "Si es alemán, es bueno". Pero en Alemania, para demasiada gente, la máxima parecería ser: "Si es estatal, es bueno".
Muchas veces he planteado que una de las razones es el hecho que el estado reemplazó al rey...
No hay comentarios:
Publicar un comentario