El domingo pasado, leyeron en la misa este pasaje del Evangelio: "Cuando hagas penitencia, perfumate el cabello y lavate la cara, camina feliz, que nadie sepa de tu penitencia, no sea como los hipocritas que ponen un rictus de dolor en sus rostros para que la gente los vea, pues ellos ya han recibido su pago, recuerda que mas vale un secreto entre y el Padre que mil alabanzas de los hombre".
Con esta lectura, la Iglesia sabiamente nos inició en el tiempo de Cuaresma que es tiempo de oración y de penitencia... pero no sólo de penitencia, sino también de oración. Y habría que decirle a los cristianos (de ambas confesiones, católicos y evangélicos que, en este punto, son igualitos) que la penitencia no consiste en no comer chocolates o de no tomar alcohol, como piensan en Alemania.
O como pensaba un colega mío: no tomar alcohol, ni fumar cigarros... La consecuencia era que andaba como loro en el alambre de histérico por no fumar... Habría sido preferible que fumara y no mortificara a los demás con su mal carácter. La Cuaresma es tiempo de penitencia propia y no de la penitencia de los demás con el mal carácter propio, jaja. Se lo dije, pero no sé si me entendió...
Una de las cosas que más me desagrada de la sociedad alemana son esos sacrificios comunitarios que pretenden hacer todos... y en todo lugar. Como si la sociedad toda fuera una especie de convento. Y además, que lo pregonen a los cinco vientos... No saben que, si hacen algo como penitencia, no tienen que decirlo a nadie...? No tienen que vanagloriarse -cual fariseo en el templo- de ello.
Tampoco tienen que horrorizarse -lo he vivido- porque enciendo un cigarrillo en estos días... No es pecado fumar durante la Cuaresma, no es pecado ir al cine durante la misma, no es pecado comer kuchen, ni tomar café... Libérense un poquito y vayan a lo esencial, a lo fundamental... Y pónganse a rezar mejor, que sin oración, poco y nada les servirá tanta penitencia colectiva, obligada y pública;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario