Hace algunos días, me encontré con mi vecina afgana (sin velo) por la calle. Iba junto a su hermana (con velo) y a dos hijas y un hijo de esta última. Las hijas son ya adultas jóvenes. El nino está en el colegio primario.
Una de las hijas (sin velo) está comprometida. Y su futuro marido la acompanaba. Iban todos a jugar bowling. La hermana me comentó que su hija se casará pronto. En ese momento, ella y él se hicieron un gesto de amor. Una caricia, podríamos decir. Yo comenté riéndome: "eso sí que es amor".
La hermana (la mamá de la chica) también se rió y me dijo: "si están muy enamorados". Y agregó: "En Afganistán, la gente se casa sin amor; pero aquí en Alemania, se casa por y con amor. Esto es bueno".
En eso, llegó el bus, nos despedimos y la gran familia afgana, con futuro yerno, se fue a jugar bowling.
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