
Advierto, por una parte, una suerte de menosprecio hacia los menos afortundados dentro de la sociedad. Una especie de "desprecio", de repulsa hacia el Versager (palabra horrible), el fracasado, el que "no puede"...y que hay que exlcluir e ignorar...
Y, por otra parte parte, un cierto temor a caer en la pobreza... Tal vez, nuevamente el fantasma de Weimar? ... presente en forma renovada con la crisis ecnómica...
No lo sé... En todo caso, pienso 1° que no hay que vivir con miedo; ni a la pobreza, ni a nada y, 2° que una sociedad que no ve, que cierra los ojos al sufrimiento de los demás, material y/o moral es una sociedad muy cruel (es un pensamiento del Papa, en su encíclica sobre la esperanza).
Hagamos algo por los demás, el invierno es muy frío y no podemos permitir que haya hermanos nuestros que pasen las noches de invierno en la calle...
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