martes, 30 de noviembre de 2010

Integración no es asimilación

Un amigo me comenta que fulanito de tal (de Sri Lanka) está perfectamente integrado en Alemania y es un ejemplo de integración.

Yo le contesto: - Pero si fulanito es lo más extranjero que conocemos. Y ese es su plus, por eso le va tan bien y tiene tantos clientes; sobre todo tantas, ya que él sabe tratar bien a las mujeres (lo que no se puede decir de todos los hombres en Alemania, menos de los mecánicos automotrices).

Continúo: -Fulanito es budista, ¿no has visto los libros en su taller? ¿Algunos escritos por él mismo? Por eso es tan extremadamente amable y sonriente.

- No está asimilado en lo más mínino, por el contrario, sigue siendo extranjero, amable, escucha a los demás, abre la puerta a las mujeres, las oye, las trata con respeto. Una vez me equivoqué y seguro que yo tenía la culpa; él se culpó inmediatamente a sí mismo, dijo que no había escuchado bien... ¡Qué alemán haría esto!

- Ok, concedo, puede estar integrado; pero no asimilado... Si por integrado se entiende una suerte de transculturación, de llevar la propia cultura consigo mismo y no cambiar. La asimilación -y en esto, el ministro - presidente turco Erdogan, tiene razón- es una violación de los derechos fundamentales ;)

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