martes, 26 de enero de 2010

La pelea con el organista


Esta es la continuación del post El organista de la iglesia

Cuando terminó la misa... más bien durante toda la misa, pensé: cuando termine, voy a ir a hablar con el organista y le voy a decir unas cuantas verdades; trataré de ser conciliante y de moverlo a reconocer su error. Esto me decía por fuera, usando la razón; por dentro... tenía otros sentimientos... pero hay que controlarse, salvar la intención de las personas y pensar que tal vez el organista no es casado, nunca tuvo hijos y no conoce a los niños. Hay gente que es así...

Tengo que decir además que, después que él gritó desde el órgano hacia abajo, yo dije en voz alta: "pero si el niño no molesta para nada!" Pero me temo que lo escucharon sólo las personas que estaban muy cerca mío.

Estaba esperando que el viej... perdón, que el organista bajara de las alturas organísticas. Pero no bajaba.

Una sra. que yo pensaba que era psicoloca se fue a hablar con el cura (ese que es igualito a Obi-Wan Kenobi en la versión de Alec Guinness, más o menos, como se ve aquí) y hablaban y hablaban, y no precisamente en el mejor tono; pero esta sra. es bien apasionada, así que no me extrañó; no me di cuenta de lo que hablaban, ya que yo estaba rezando, para que el Espíritu Santo me iluminara al hablar con el organista... Es que yo crecí viendo Superman que decía "al luchar por la justicia!".

De repente, vemos que el papá del niño había subido... Inmediatamente, me dirijí a la puerta interior y subí la escalera de caracol metálica y fría, que conduce al órgano. El papá del chico era un orador fantástico y le dijo escuetamente todo lo que yo quería decirle.

Me limité a decir "genau", "so ist das" y a apoyarlo. En eso, había llegado más gente arriba... Todos en contra del organista, incluso la pisicóloga. Menos una vieja rubia y gorda lo apoyaba, nunca la había visto en la iglesia...

El viejo contestó diciendo que no debía traer al niño a la iglesia, que para eso hay Familiengottesdienste, esto es, servicio religioso (misa, en este caso) familiares. Un amigo mío joven (me pregunto dónde estaban los otros pocos jóvenes que había en la Iglesia!) que también había subido, le contestó, "los Familiengottesdienst son sólo una vez al mes". El organista le respondió: "Una vez al mes basta!"

Hago ver a los amables lectores que en Alemania no hay empleadas, nanas, sirvientas, asistentas, ni niñeras, ni nadie que cuide a los niños (ni tampoco familias grandes, salvo que se trata de rusos que generalmente no son católicos o de árabes que, generalmente, tampoco lo son) y que si no llevas a los niños a la misa, simplemente no puedes asistir a la misma. Recuerdo además, que la Santa Iglesia nos manda asistir a misa cada domingo y fiestas de guardar y no una vez al mes, como piensa el organista. Y recuerdo que esta era la misa por el alma del abuelito de los chicos...

Yo le dije (estuvo mal, ya lo sé, pero no me pude controlar): espero que Ud. haga una genuflexión la próxima vez que pase frente al Santísimo (o sea, en su caso, al menos dos veces por misa), porque veo que nunca la hace. Él me respondió que sí la hacía... Sé que estuvo mal de mi parte decírselo, pero es que no soporto que la gente se fije en tonterías (como si el chico hace un ruido) y deje pasar cosas bastante más importantes.

Nos quedamos conversando con la "psicóloga" que ahora sé que, en realidad, es pediatra y no psicóloga (uno de mis espías me había informado mal). Me cayó super bien, super sencilla y de estilo outdoor. Me contó que el cura le había dicho (ese había sido el tema de la conversación) que él no había querido provocar un éclat y por eso no le había dicho nada al organista inmediatamente después de su exabrupto. Le contó que él tenía muy pocos organistas...

El cura había salido (también el diácono) a hablar con la familia después de la misa (esta parte me la perdí por no haber salido con la demás gente, sino quedarme esperando al organista).

La doctora me contó que la mayoría de los feligreses (aprox. 2/3 dijo) no habían cantado nada durante el resto de la misa, en protesta por el exabrupto del tipo este. Por sentarme tan adelante, tampoco me había dado cuenta de esto.

Etc., etc., etc. Me pregunto si no fue Jesús el que dijo "Dejen que los niños vengan a mí".


1 comentario:

AleMamá dijo...

Tienes razón. Yo trato de ser acogedora con las familias con niños siempre que no se excedan. Una cosa es que sean niños y otra que sean unos salvajes aullantes y destructivos sueltos.