Un amigo me contó un cuento muy actual:
Érase un príncipe pobre que trabajaba en un banco y conoció a la heredera; era rubia y muy bonita, así que se casó con ella.
Como su suegro les mandaba un jugoso cheque anual, decidió no trabajar más y dedicarse a la caza, a sus hijos y a la vida social. Tal como sus antepasados durante siglos.
Con la crisis, su suegro lo perdió casi todo y dejó de mandarles el cheque. Ahora está esperando al receptor judicial para que confisque sus bienes.
2 comentarios:
Pués muy triste, pero ya poquisima gente vive así, incluso si son de la nobleza. Todo el mundo, hoy por hoy ,intenta ser útil y hacer algo más que vivir de las rentas y conozco a bastantes que se lo podrían permitir, pero... no está ni bien visto.
En este país algunos viven fuera de la realidad.
así es querida Cleira... Es que estos eran tan, pero tan millonarios que parece que nunca se imaginaron que lo perderían todo :(
no hay mal que por bien no venga, decimos en mi país... por algo o más bien, para algo será; un abrazo fuerte!
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