Hace algunos días, un amigo me comenta que a él no le dicen nada las tarjetas de Navidad con la Madre de Dios (así le llamamos en alemán, Gottesmutter) y el niño.
Como es un amigo de esos super católicos -pero "a la alemana"- le pregunto... "qué quieres decir".
Me contesta: "prefiero a la Madre de Dios con su hijo después de que se lo entregan ya muerto".
O sea que prefiere las "piedades" al Nacimiento (=> Encarnación), que no le dice nada...
Recordé entonces lo que una amiga española me decía hace ya años:
"No soporto más las imágenes de la Virgen en Alemania. Las únicas que tienen son las de la Virgen con Jesús después de la Crucificción".
Claro, le encontré razón, nunca me había detenido a pensar en ello, pero mi amiga tenía razón.
Supongo que esta forma de ver las cosas -trasmitida de generación en generación- se traduce en una serie de comportamientos de los ciudadanos alemanes que nos pueden llamar la atención -negativamente- a quienes venimos de países donde se ama al Niño Jesús y a su mamá joven y alegre, después del nacimiento -sin dolor- de su Hijo.
¿O no?
2 comentarios:
Personalmente, prefiero ver a la Virgen María feliz, con su niño recién nacido, al lado de San José.
Pero siempre hay que respetar las opiniones de los demás, aunque discrepemos. Creo que es la base de la tolerancia.
sí, la tolerancia claro!
pero no creo que aquí estemos frente a un caso de intolerancia de mi parte... porque los alemanes sí que son los primeros en querer imponer su punto de vista como el único aceptable...
pienso que esta forma de NO ver la Encarnación explica muchos aspectos de la mentalidad "espiritualista" del alemán común;
asimismo, el ignorar la figura maternal de María, su actitud ante los hijos... e incluso, ante la mujer;
y también su amor por el sufrimiento innecesario... Pienso yo.
Saludos y gracias x tu comentario!
Marta en log out
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