domingo, 2 de noviembre de 2008

Los protestantes invitados a la misa: echemos por abajo algunos prejuicios


Queridos amigos: quienes me conozcan de Facebook, sabrán que ayer en la noche fui a misa y que era una misa a la que estaban invitados los evangélicos del pueblo, esto es, la comunidad protestante (luteranos + calvinistas) en pleno.

Quienes lean AESYD, sabrán que el viernes pasado celebramos el Día de la Reforma protestante y, al mismo tiempo, halloween

Pues bien, durante la misa, estuve pensando qué pensarían los hermanos separados de la ceremonia católica.

Los protestantes estaban sentados todos juntitos (yo podía ver sus caras, pues estaba sentada en una "nave" lateral, ya que la iglesia estaba llena) adelante, a la izquierda, frente al lugar desde donde el cura predica.

Estaban encabezados por el ex-párroco (que viene del Este, de esos que debieron huir durante la guerra) y por el actual párroco.

Lo primero en que pensé es en los niños. Y eso que en la misa del sábado por la noche, no hay muchos niños, ni muchos jóvenes; pero hay más que en los servicios religiosos protestantes.

En un servicio religioso protestante, no hay niños o los hay sólo por excepción. Los niños no hacen "la primera comunión", sino que hacen la confirmación (confirmación + primera comunión) cerca de los 15-16 años. Y desde entonces, pueden asistir al servicio, antes no van.

Como "no es obligación" asistir al servicio religioso, no hay presión para que asistan las familias con hijos pequeños. De manera que, lo primero que les debe llamar la atención es que en la iglesia católica siempre haya niños (en último término, ya que estamos obligados a asistir a misa y en Alemania, no hay con quien dejarlos).

Además, en las iglesias alemanas, hay un número increíble de monaguillas y monaguillos. Tal vez es mucho, pero es la costumbre por aquí. Con lo que sube aún más la presencia infantil en el templo.

En Mehlem, quedan aún diplomáticos de países pobres -y de algunos más ricos- y, entre ellos, hay muchos extranjeros católicos. De manera que la "plurirracialidad" se nota y mucho. Los niños son de diferentes procedencias, lo que se nota en sus ojos y otros rasgos, aparte del "color de la piel".

Además, los alemanes que ayer hacían de monaguillos, gracias a Dios, se veían muy bien, lo que puede haber impresionado a los hermanos protestantes. A lo mejor, esto último es idea mía, ya que, se supone que a los evangélicos no les interesa mucho "lo exterior".

La presencia de extranjeros, no sólo niños, sino también adultos debe haberles llamado también la atención. Ya que la iglesia evangélica (alemana) es típicamente alemana y no internacional, como la católica. Todavía recuerdo cuando en la iglesia luterana de Santiago, el párroco -alemán, claro- me dice: ¿Ud. no es alemana, verdad? Esto, ¡en mi propio país!

Los cantos son más o menos iguales en las dos iglesias. Son los mismos, en realidad. Generalmente, los textos católicos están modernizados y los evangélicos, no.

La prédica estuvo muy bien. Y eso que los protestantes creen que las prédicas católicas no son tan buenas como las protestantes.

Dos lecturas: una del AT y otra del NT, aparte del Evangelio y un salmo... Y eso que dicen que los católicos no conocen la Biblia, ni se interesan mayormente por la Palabra, sino sólo por el rito... La verdad es que no es así y es bueno que los protestantes lo sepan, porque así, echamos abajo barreras y acabamos con los prejucios.

Por último, no es que los católicos alemanes sean un super alegres; pero los protestantes tienen una cara aún más seria y acartonada, sobre todo cuando están en la iglesia. Nada de reirse, mirar al lado, atrás... ni siquiera estornudan, tienen sin duda, mucha disciplina, como corresponde a "alemanes de verdad", de los antiguos. Supongo que se podría pensar -desde ese punto de vista- que los católicos somos super indisciplinados. Pienso que hay que aprender a encontrar un punto medio.

Lo que me llamó la atención en forma positiva es que no hubo intercomunión que, hasta ahora, había sido demasiado común en Alemania. Pero la unidad en el pan -como se dice en alemán- no es el principio, sino más bien el final y eso queda cada día más claro, a todos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

nunca me aclaro con la variedades de religiones. Me gustia ir a alemania y estoy leyendo sobre el tema para conocer un poco la cultura y los monumentos más conocidos

Marta Salazar dijo...

gracias x tu comentario, a ver cuándo vienes, saludos!