jueves, 28 de febrero de 2008

Viaje a Havelberg


Queridos amigos: hace mucho tiempo, cuando la DDR o República democrática alemana estaba desmoronándose a pedazos, hicimos un viaje por el día, con un amigo y con una sra. mayor a Havelberg en Sachsen-Anhalt (pero bien al Norte).

Íbamos en misión secreta (por encargo de la sra.), de la que tal vez les cuente más adelante.

Pasamos a visitar una antigua iglesia de la ciudad que ofrecía una visita guiada a los "turistas" quienes empezaban a llegar tímidamente a esa región que había estado vedada, por tanto tiempo, a los occidentales.

La chica que hizo la guía -muy simpática- contó la historia del templo.

Al explicar por qué la iglesia tenía una torre tan alta, nos dijo que, cuando los germanos, durante la conquista y evangelización de esta región, habían construido el templo, lo habían dotado de una torre de esas dimensiones como símbolo de su poder, con el fin de mostrar a la población nativa, a los eslavos, quien era el nuevo dueño de esas tierras, quien era superior y dominador.

Yo pensé: otra vez la lucha de clases, la ideología oficial en los países del socialismo real. Me parece que hay otras razones para construir una iglesia con o sin una torre tan alta. Pero, en fin, discutir con los alemanes es como hablar con la pared...

En la noche, ya de regreso en nuestro alojamiento en el Noroccidente de Alemania, leyendo el folleto que compré en la Iglesia, me percaté que la torre de la iglesia había sido añadida a la misma en el siglo 19 (!). O sea, no por los germanos!

De manera que los germanos y su proyecto de dominación sobre los eslavos (una tesis muy propia de la teoría marxista, la ideología oficial de la RDA), aplicación de la tesis dialéctica del proceso histórico de Marx y Engels era algo que no tenía ni pies ni cabezas, perdón, cabeza. Pero esto es algo que han enseñado a generaciones completas de jóvenes y de no tan jóvenes. Y es muy difícil explicarles que las personas se mueven por motivaciones distintas a los deseos de dominación.

Si hubiese leído el folleto en la iglesia, durante la visita, sí le habría hecho ver a la joven que lo que nos estaba contando -que es lo que le habían enseñado en el colegio, en la casa, en la Juventud del partido (único) y en la televisión- no podía ser cierto.




2 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

Con demasiada frecuencia, las mentiras se perpetúan con una tozudez digna de mejor empeño. A veces nos limitamos a transmitir lo que nos han contado, por comodidad, por fiarnos de la "autoridad" o por simple desidia. Por eso es bueno no conformarse, investigar por nosotros mismos, volver a los orígenes de las cosas para intentar encontrar la verdad.

Anónimo dijo...

jajaja!! pero qué cara más dura la del guía... no creas, en España hay también guías turísticos "espontáneos" (es decir, no profesionales) que les dicen unas barbaridades increíbles a los pobres turistas (sobre todo en Madrid y Barcelona)

aunque no iba desencaminada, la verdad. Yo sí creo que la mitad del mundo se mueve por ansia de poder y/o riqueza. La otra mitad por curiosidad, deseo de aventura, deseos de ayudar a los demás y mil variadas razones. Pero principalmente por deseo de poder y dominación. De hecho, la mayoría de los avances tecnológicos de la humanidad son el resultado de la aplicación de la ciencia a la guerra. El ejemplo más notable es la propia red internet, creada para uso militar en USA.

Y la religión no es una excepción. La católica fue impuesta a sangre y fuego en Europa y América por la Santa Inquisición o Santo Oficio. Recaudaba impuestos y percibía tierras. Por ejemplo, Santiago de Compostela en España, gobernada por el príncipe guerrero Gelmírez (un obispo, sin ir más lejos). Santiago era una de las ciudades más ricas y poderosas en la Edad Media, gracias a la construcción de la catedral que la convirtió en centro de peregrinaje. Peregrinos era igual a dinero. Y lo sigue siendo. Una de las teorías historiográficas que explica la conversión al protestantismo de los príncipes alemanes en la Edad Media indica que se produjo no por motivos religiosos, sino puramente políticos: abrazar el protestantismo significaba desmarcarse por completo del poder del emperador Carlos V (alteza católica) para mantener su independencia (el emperador quería un imperio centralista pero los príncipes alemanes deseaban conservar sus territorios feudales autónomos). Lucha de poder disfrazada de lucha religiosa.

No, yo no creo que las religiones sean tan inocentes... nunca lo han sido y nunca lo serán. De manera individual puede que las personas buscan en la religión alivio y consuelo, pero de manera colectiva (y por lo tanto, organizada)... la verdad es que no, ahí entra en juego el poder, la dominación y el control.

María del Carmen