lunes, 25 de febrero de 2008

Otro caso de la vida laboral... de una conversación del fin de semana


Un amigo asesor del gerente de una asociación importante en Alemania nos cuenta que llamó por teléfono a uno de los abogados que trabaja para ellos en un caso urgente.

Le contestó una joven secretaria (nueva en la oficina), quien le respondió que el abogado no podría hablar hasta dos horas más, porque estaba en una reunión [1].

Mi amigo le advirtió que quería hablar con el abogado, que interrumpiera la reunión.

Ella le contestó que no podía hacerlo; pero que le dijera a ella de qué se tratara, para ayudarlo.

Mi amigo le dijo una sola palabra, a modo de “descriptor” [2].

Ella le respondió que no podía hacer nada con una sola palabra y se sonrió...

Lo que enfureció a mi amigo. Quien le gritó -él mismo lo cuenta- que le pasara el teléfono a su jefe.

La joven e inexperta secretaria así lo hizo. El abogado habló con mi amigo muy amablemente y él se quejó del comportamiento de la secretaria.

El abogado se disculpó y le dijo que no se preocupara, que la secretaria recibiría un Anschiss (einen Anschiss kriegen), esto es un correctivo muy fuerte y a gritos...

En ese momento, la sra. de mi amigo (llevan poco tiempo casados) le dijo tímidamente:

“... pero ella sólo siguió las instrucciones recibidas de su propio jefe”.

Mi amigo continuó con el relato, creo que intelectualmente no la oyó (lo conocen, ¿verdad? se escucha a una personas físicamente, pero no con la mente):

“Claro, la rotación de las secretarias es demasiado alta y no saben con quién hablan, ni si un caso (o una persona) es importante o no, porque están muy poco tiempo en la oficina y se van"...

Yo: “extraña que soporten sólo un par de meses a esos jefes”.
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[1] En Alemania, generalmente „estar en una reunión” no es una excusa para no contestar el teléfono, sino que es efectivo.

[2] Una etiqueta, en lenguaje blogueril.


4 comentarios:

Jorge S. King dijo...

Es muy poco recomendable ser tan rigurosos con las secretarias, tratarlas tan mal suelen tener consecuencias caras de pagar.

Juan Antonio González Romano dijo...

Si quieres que los empleados trabajen bien, trátalos bien. Si los tratas bien, te responderán bien. Si los tratas como unos ineptos, se comportarán como ineptos (total, hagan lo que hagan los vas a considerar ineptos, ¿para qué hacerlo bien?). Es la llamada "Teoría XY"

Morgenrot dijo...

Osea que la secretaria, para ser óptima en su trabajo, debe intuir, por ciencia infusa, cuando debe hacer excepciones en las normas previamente impuestas por su jefe.

Pues lo que quiere el jefe no es una secretaria, es una persona tremendamente inteligente, empática, sapiente y demás ...que salarialmente costaría mucho más . AH! y que para aguantar al jefe , el jefe debe cambiar radicalmente de actitud y respetarla.

Nadie es más que nadie por el puesto que se tenga.

Herzliche Grüsse, Marta

Interruptor dijo...

Pues tu amigo tuvo suerte que la secretaria era amable, porque a mí, si me dice que le pase el teléfono al jefe a gritos, puede tener claro que lo que voy a hacer es decirle que no le consiento que se dirija a mí sin mostrar la más mínima educación y le cuelgo el teléfono, y si después el jefe me abronca iba atener que vérselas con el sarcasmo típico de mi tierra.

Sinceramente, tu amigo y su abogado son un poco cretinos.