viernes, 14 de septiembre de 2007

Todo el día en la cocina


Hace unos días, publiqué en aesyd algo sobre Eva Herman y el tercer Reich

"En él afirmaba que "Nunca me gustó la Sra. Herman, ni nunca tuve interés en describir sus teorías acerca de la necesidad de que "la mujer calle" (como recomienda "el Knigge" y practican muchas mujeres a mi alrededor) y vuelva a la cocina...

"¿Que vuelva? Por favor, si en Alemania occidental, no ha salido de ella..."

Sí, para quienes piensen que este es un país "muy avanzado", les adelanto que, en muchos aspectos, no es así. Asimismo, lo que muchos y muchas quieren "copiar" de estos países del norte de Europa, en innumerables ocasiones es sólo un espejismo, porque la sociedad alemana no es así como se la pinta en otras latitudes. Además, copiar es siempre malo...

A lo que iba. Nuevamente relataré lo que me contó una amiga española:

Ella vivió un tiempo en una ciudad hanseática al norte del país (donde se supone que son menos conservadores que, por ej., en el sur; pero pienso que es todo sólo un cliché).

Frente a su casa (y eso que vivía en un "buen barrio") ocurrió un hecho delictivo.

Como era de esperarse, la policía llegó a su casa en busca de testigos.

Ella les dijo que no había visto nada.

La policía no podía creerlo, porque -le decían- su cocina está justo frente al lugar de los hechos.

Ella: "es que yo no estoy todo el día en la cocina".

Ellos: ¡¿cómo no va a estar todo el día en la cocina!?

Mi amiga comentaba: ¡es que yo no soy alemana!


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